Escribo esto después de una semana del incio de la copa del mundo de futbol. Tardé tanto tiempo en escribir esta carta pues siento que la apología que a continuación se relatará, debía escribirse con la cabeza clara y sin rencores contra las personas hacía quien va dirigida. Pues esta apología no es para el futbol, es para nosotros, las personas que disfrutamos mucho del mismo.
A una semana del inicio del máximo espectáculo futbolero del mundo, me he topado con muchos comentarios a favor, en contra o indiferentes hacía el deporte y la justa que, durante todo el mes de Junio y un poco del de Julio, invadirá nuestras vidas, conversaciones y pensamientos.
A los comentarios positivos no puedo hacer nada más que apoyarlos; a los indiferentes no tengo nada más que mencionarlos. Pero los otros, los comentarios que atacan al deporte y en su mayoria, atacan a todos los individuos que lo disfrutamos. A ellos les digo: "Nada en el mundo, ni el futbol, nos hace más o menos inteligentes".
Inicio esta carta con una confesión: ME GUSTA EL FUTBOL. Como yo, hacemos muchos, muchos, muchos que nos divertimos con un tunel, muchos que gritamos !gol! como si nos fuera la vida en ello, y muchos que lloramos cuando el equipo que representa a nuestro país, es eliminado. Yo no lo veo, pero creo que no hay razón para ser considerados idiotas.
Se nos llama de muchas maneras, se nos dice zombis, se nos dice borregos, se nos dice fanáticos, se nos dice idiotas, se nos dice "del montón" y, con una sensación de superioridad, se nos dice que nuestro fanatismo nos aleja del mundo.
Pues respondo:
No somos zombis, sólo disfrutamos de dos horas al día de un deporte que nos agrada, a nadie se le ha acusado de eso por leer un libro en las noches sin querer ser interrumpido.
No somos borregos, claro que seguimos el deporte más popular en el mundo, pero es popular porque es disfrutable y claro, en su simpleza está la poesia.
No somos fanáticos, los fanáticos son los que llegan a las últimas consecuencias por algo sobre lo que están obsesionados, el futbol es popular y claro que hay muchas personas que hacen locuras en el nombre del mismo, pero recuerdo que las manos de los religiosos tienen más sangre que las nuestras, las manos de los melómanos también, las manos de los polítcos, ni se diga.
El deporte no nos aleja del mundo, nos acerca más a él. No creo que haya alguna persona que se olvide de los barrios bajos de Sudáfrica, no creo que haya alguien que piense que ahora ese es un país de primer mundo gracias al mundial. Dudo que alguien se olvide que en Medio Oriente, Palestinos matan Israelitas cada hora. No se nos olvida que la gasolina sube más y más. No se nos olvida que el mundo se calienta cada vez más por la contaminación. No se nos olvida que el petroleo se va a terminar ni que el peso está inseguro. No olvidamos que Diego Luna estrenó una película en Cannes ni que Magritte expone en Bellas Artes. No se nos olvida que un ser humano muere cada dos segundos en alguna parte del mundo.
No voy a negar que existen personas que prefieren no hacer caso a estas cuestiones, o personas que no están enteradas de las mismas, pero lo que si creo, es que el futbol, como el cine, como los conciertos, como las fiestas, como todas esas formas de diversión, son las que las personas usan para evadirse, y eso es culpa del ser humano particular, más que de un deporte.
Las mejores y más brillantes mentes que conozco son aficionados al deporte. Los mejores fotógrafos que conozco, los matemtáticos, los escritores, poetas, ambientalistas, ingenieros, pintores y demás, guardan una porción de sus fines de semana a su afición por sus Pumas, América, Chivas, Atlas, Atlante y, aunque no lo crean, a los Tecos.
No quiero que me crean ni tomen mi palabra por buena, puedo estar mintiéndoles, puede ser que todos mis amigos sean amantes del tennis, o que ni siquiera tenga amigos, entonces les daré otros ejemplos.
Viggo Mortensen, este maravilloso actor que personificó a Aragorn en la trilogía del Señor de los Anillos, y después dedicó muchas de sus horas para trabajar en dos grande películas con David Cronenberg, maestro de la cinematografía contemporanea, nació en la Argentina y es fiel seguidor del San Lorenzo de Almagro.
Germán Dehesa, gran intelectual, escritor y catedrático del país, participia en el programa de "los capitanes" que se transmite por ESPN, sin esconder su amor por los Pumas, se sienta al lado de José Ramón Fernandez para hablar de las actualidades del deporte.
Rodolfo Paez, mejor conocido como Fito, es fiel seguidor del Rosario Central, así como Andrés Calamaro del Independiente. Siguiendo con el tema de varios de los músicos más importantes de nuestros años: Ozzie Osborne y su familia son seguidores del Birmingham, los hermanos Gallagher de Oasis son hinchas del Manchester City.
El nombre que más ha sonado en este útimo mes, el de Gustavo Cerati, es el nombre de un amante del deporte también.
El cantautor español, cuya importancia en el mundo de la lírica y la música es tanta que lo ha llevado a escribir una versión de la marcha real española, Joaquín Sabina, es miembro de honor del Atlético de Madrid, equipo al cual también le compuso el himno del bicentenario. En su canción "Mi primo el nano", escrita para y en honor a Joan Manuel Serrat, hay un verso que dice:
"Mi primo el nano
cuando gana el barça cree que hay Dios
y es azulgrana"
Evidentemente refiriéndose al amor de Serrat por los culés.
En el mundo de la literatura tenemos grandes exponentes: Juan Villoro escribió un libro titulado Dios es Redondo; Antonio Marimón escribió Último tango en Buenos Aires, Diego; Juan José Reyes e Ignacio Trejo Fuentes, compilaron crónicas y notas del futbol en su libro Hambre de gol; todo esto sin mencionar a un exfutbolista, Jorge Valdano, que en sus cuentos e historias sobre el deporte, sugiere una mística y poesia que el mismo espectáculo tiene.
Emir Kusturica, ganador de la palma de oro y amado por los cinéfilos de banqueta, muestra en sus obras instantes de futbol, e inclusive hizo un documental para Maradona.
Si el mundo está globalizado y todo lo que sucede es mediatizable, no es culpa del deporte, es el mismo mundo en el que todos vivimos, y que todos permitimos.
No quiero pensar que esta muestra de argumentos, famosos intelectuales y probados artistas sean suficientes para aminorar los rápidos juicios que lo neointelectuales hagan hacía nosotros.
Pero sólo espero que el jucio sea más lento, espero que en el momento que quieran insultar a un futbolero, piensen que el mundo, efectivamente, no es blanco y negro. Y quiero que piensen que los juicios veloces son la principal arma de la ignorancia, y esta, llevada al extremo, termina en peleas, disputas, guerras y muertes.
Nunca nadie ha sido tan atacado por querer ir a la premier de Avatar, o por comprar con muchos dólares, una edición vieja de un clásico literario. Entonces, porf avor, si no les agrada el deporte, recuerden que en sus gestos de superioridad no están enseñándole una lección al mundo, ni son mejores que los demás, están insultando a seres humanos. Muchos de los cuales dicen querer, y muchos por lo que su pelea contra el sistema quiere salvar.
Esto es un espectáculo, sólo hay que disfrutarlo.
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