domingo, 20 de enero de 2008

Preludio El vuelo de Icaro

Icaro terminaba una bienllevada tarde en un concierto de funk.

Mientras escuchaba la tonada de una canción que bien podia haber salido de una pelicula de medianoche titulada "pecados de noche", Icaro cruzo miradas con una dulce, sexy y rubia platinada mujer. "Sexy Sadie, what have you done?" pensó Icaro cuando veia sus brillantes y pequeños ojos, la carga emocional que llegó a él en ese momento fue incontrolable: deseo, atracción e incluso impotencia lo golpearon de repente, no podia quitar sus ojos de Sadie, estaba hipnotizado por su contoneo y el constante ritmico movimiento ondulatorio de sus brazos.
Icaro pensoó en diferentes situaciones de como acercarse, seducirla y llevarla a su cama. Todas las situaciones que Icaro inventó fallaron, en todas era rechazado humillante y terminantemente.

Ahogado en una impotencia tremenda, Icaro decidió no acercarse, prefirió continuar sentado en una incomoda silla a la mitad de un concierto donde la musica sonaba sin parar y la gente bailaba y se movia con afan. Sin cerveza ni esperanza, Icaro prefirió pensar en las fiestas que le aguardaban en el futuro, en las "Sadies" que encontraria en un futuro y las cuales lo rechazarian igual.

Pero solo llegaba a su cabeza la imagen de la mujer que habia decidido entrar y no salir más. La imagen de esa pequeña niña, con ojos grandes, cabello color rojo brillante, con la sonrisa de los colmillos amenazantes llenos de deseo animal, solo podia pensar en ella.

Una botella vacia voló hacia la cabeza de Icaro terminando su ahora amarga velada. Mientras caia de la silla, Icaro recordó el lugar donde estaba, la bodega casi vacia y el duro piso de concreto en el que iba a aterrizar. En el suelo escucho la voz que el imaginaba era de la rubia chica que habia decidido llamar Sadie, reirse copiosamente.

Humillado incluso por sus lugubres pensamientos, Icaro se fue a su casa solo para descubrir que alguien habia entrado y habia robado su computadora y su Gibson Les Paul. Siendo pesimo guitarrista, a Icaro no le molesto el robo de la guitarra, pero habiendo terminado hace dos dias una novela, lamentó la perdida de la única copia de su trabajo, sin duda lo lamentó más cuando leyo en el periódico la noticia de un joven escritor que habia publicado su primera novela y ganado una beca para realizar varios proyectos más. Cuando el joven, nacido a tan solo dos cuadras del lugar del concierto funk, dio su discurso de agradecimiento, agradeció primero a un tal Bjorn Bjornson, conocido pseudonimo de Icaro.

Y asi comienza el vuelo de Icaro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Chale al pobre Icaro le espera un final como el del guasón

 
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