lunes, 19 de julio de 2010

Hermanos del drama


Jim Sheridan, autor de dramas lagrimeros como In America y Mi pie izquierdo, no tenía más de media buena película. Algunas partes de Boxer y de En el nombre del padre, eran majestuosas, pero inevitablemente caia en un melodrama barato reafirmado con la imagen de un niño sufriendo.

Este año, en México, nos cayó, gracias a los nombres de sus protagonistas más que por la crítica o taquilla, la nueva película del Irlandes que por fin sale de su parte de la isla y nos trae una película redonda, inteligente, actual y con una nueva talentosa generación de actores.

La película es un remake de una obra con el mismo nombre pero con diferentes actores y ubicada en Dinamarca. La película fue dirigida por Sussane Bier, miembro original del dogma y escritora, realizadora y productora de A corazón abierto, Las cosas que perdimos en el fuego y Dspués de la boda. David Benioff tomó el guión original y lo adaptó a circunstancias actuales (la guerra en Irak) pero dejando las atmósferas frias y nevosas de la original.

La película nos habla de los hermanos Cahill, Tom y Sam, interpretados por Jake Gyllenhall y Tobey Macguire. Sam, un valiente marine, triunfador y con una fotográfica familia, se va a Irak donde desaparece y es dado por muerto. Tom, un vividor, ex convicto y perdedor a los ojos de su duro padre, se queda e intenta madurar haciéndose cargo de la familia de su hermano y especialmente de su esposa. Todo entra en caos cuando Sam es rescatado y vuelve a casa.

Aunque la historia puede parecerse a algo como Pearl Harbor, nada está más lejos de la realidad. Pues más que abordar un nuevo amor y las consecuencias de este, se encara al nucleo familiar americano así como la relación fraternal que dos personas pueden tener y las catástrofes de la guerra en las familias suburbanas.

Esta es una película que guarda todas las convenciones estéticas del cine clásico e industrial de Hollywood, lejos de experimentar, Sheridan hace una película convencional con un guión y actuaciones que brindan la profundidad necesarias para una gran película.

Los tres actores que se muestran en el poster hacen de maravilla su trabajo. Gyllenhall es magnífico como normalmente, cuando no está en un blockbuster idiota, lo sabe hacer. Portman es muy cumplidora, como siempre está medida en sus ademanes, pero extasiante en sus expresiones; pero la gran sorpresa viene del Spiderman del siglo XXI, Tobey Macguire que se lleva la película interpretando a un soldado que tiene más peso en su pasado que el que la guerra le ha dejado. También es bueno resaltar a Carey Mulligan, quien aún con diez minutos en pantalla, nos da muestras del talento que explotara en An education, y a Sam Shepard, que siempre cumple y como el padre de los hermanos, es simplemente genial.

La película es triste desde el inicio hasta el final, pero siempre tiene un tono esperanzador con el que nos quedamos cuando los créditos y una cursi, convencional y repetitiva canción de U2 aparece.

Una gran película que nos sabrá salada con la lágrima que no veremos venir pero que, inevitablemente, aparecerá.

1 comentario:

Wendy Piede Bello dijo...

Me encantó el eufemismo de "hacerse cargo de la familia de su hermano y especialmente de su esposa" para decir que se la tiraba. Debo decir que ya el cartel es de por sí perturbante, no quiero ni imaginarme cómo está la película.

 
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